martes, octubre 13, 2009

Despertar tardío...

Cambiar de vida en la pubertad no es nada fácil y menos cuando tus compañeros son púberes con costumbres de adultos...
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Y así empezaron mis días en Ayacucho, entre muñecas y clases. Me acuerdo de los días en el colegio... yo venía de un colegio de mujeres en Huancayo, con monjas y todo, hasta que llegué a un colegio mixto en Ayacucho y por la especialidad que elegí, para mi sorpresa, habían 30 varones y 5 mujeres en mi clase.
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Los primeros días yo no volteaba ni a los costados, no hablaba con nadie (ni con las chicas) y ver a tantos chicos correteando, gritando y empujándose, para mí era todo un circo salvaje. Estaba acostumbrada a estar siempre entre mujeres y a su fingida sutilidad. (Años más tarde, gracias a esta experiencia, descubrí mi bociferada mosoginia).
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Una de las primeras veces que una de las chicas que habían en mi salón me habló, me acuerdo que era recreo, se acercó a mi carpeta y me bombardeó de preguntas: ¿por qué nunca sales al recreo?, ¿por qué no hablas con nadie?, ¿de dónde vienes?, etc, etc. De hecho, no respondí, ni siquiera la miré. Ya en una segunda o tercera vez decidí hablarle, entonces ella, por querer darme confianza me dijo: "tenemos todas las de ganar, mira, somos sólo 5 mujeres y 30 varones"... Más que broma, para mí fue un susto, ya que en esa época, me daban arcadas cuando pensaba en un chico.


sábado, octubre 10, 2009

Milagros de octubre...

Y sí... sucedió en Octubre, aunque dicen que "en octubre no hay milagros"
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Tratando de recordar (y miren que de acuerdo al post anterior, donde dice que "se debe elegir lo que se va a olvidar", éste no olvidé porque más que trampa o falta de ética, es un milagro).
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Me acuerdo que por estudiar varias cosas a la vez, no tenía mucho tiempo para repasar y estaba un poco perdida en uno de los cursos al cual faltaba con frecuencia en la Universidad porque se me cruzaba el horario. Llegué a la clase y me di con la sorpresa de que teníamos examen. Me puse muy nerviosa y sudaba frío, tenía cara de estreñimiento y comencé tramar algo para evadir esa prueba. Todo esfuerzo fue en vano, a los argumentos que le di al profesor, me respondió con la amenaza de que si no daba el examen, estaba desaprobada de por vida.
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Las carpetas erab para dos personas juntas (no tan juntas como me hubiera gustado para la ocasión) y me tocó sentarme con una amiga que tenía fama de estudiosita, pero tenía muy mal carácter. El profesor nos dio cuatro preguntas que me dejaron con la mirada en el techo, pues como no había repasado estaba confundida sobre las teorías y los autores... quería que mi amiga del costado me sacara de dudas, pero en cuanto la miré, ella agachó la cabeza como tapando su prueba y no me quedó otra que volver la mirada al techo.
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El examen duraba una hora y ya había pasado media, cuando, para mi suerte, ocurrió un milagro: hubo un apagón y nos quedamos en una semioscuridad de ocaso. Un poco nervioso el profesor se acercó a la ventana como queriendo ver lo que ocurría y mis compañeros hicieron lo mismo, dejando cada uno su examen en su carpeta. Como yo no soy curiosa no fui con el resto hacia la ventana, sino, me quedé en la carpeta y como por inercia cogí la prueba de mi amiga y comencé a leerlo con voracidad. Lo leí de prisa y al dejarlo en su lugar volvió la luz, entonces yo comencé a hacer el examen... de hecho, saqué buena nota, hahaha.
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No me enorgullece hacer trampa, mucho menos cuando se trata de estudios, pero a veces, como ésta anécdota por ejemplo, no la olvido precisamente porque más que arrepentirme de aquello, me hace gracia porque pienso que el apagón fue un milagro.
Estoy esperando el milagro de este Octubre...


miércoles, octubre 07, 2009

Ni pa'lante, ni pa'trás...

La vida sería imposible si todo se recordase. Dicen, que el secreto está en saber elegir lo que se debe olvidar...
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Siempre tengo miedo de "pensar" o tal vez de "recordar", ambas cosas me llevan hacia el mismo camino: la depresión. No es que tenga malos recuerdos o se vea mal el futuro, tampoco pienso (como la mayoría) que todo tiempo pasado fue mejor... ¡nada de eso!... es sólo que hay cosas que he dejado atrás y me gustaría tenerlas ahora y hay cosas que no se definen para después... o sea: no voy ni para adelante ni para atrás.
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A veces pienso que estoy dando pasos para adelante y luego me veo estancada, entonces siento una fatiga insuperable, me siento cansada y frustrada... pienso que podría estar haciendo muchas cosas y sin embargo estoy en nada. Al mismo tiempo, tengo mcuhas cosas de las que me siento orgullosa y nuevamente se llena mi vida y por un momento tiene sentido... ¿acaso el sentido de la vida es que no tenga sentido?, ¿será así la vida? ¿siempre va a ser así?... uf! y ya sé que este tipo de preguntas no tienen respuestas, pero no puedo evitar preguntarlas.
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Muchas cosas que me molestaban antes están superadas, excepto la duda, aún no puedo contra ella... esa horrible sensación de dudar, de no saber qué será, de tener esa cara de tarada con un signo de interrogación como presentación o una cara de lorna a quien se le escapa la baba con una mirada hacia el vacío tratando de descifrar lo que está pasando y cómo llegué hasta aquí... entonces, nuevamente esas miraditas para atrás, esas nostalgias que casi llegan a ser enfermedades y esas ilusiones que dan fe de un genial después.
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En resumen, como decía Benedetti: "estoy jodida y radiante, quizá más lo primero que lo segundo... y también viceversa".
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