sábado, octubre 10, 2009

Milagros de octubre...

Y sí... sucedió en Octubre, aunque dicen que "en octubre no hay milagros"
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Tratando de recordar (y miren que de acuerdo al post anterior, donde dice que "se debe elegir lo que se va a olvidar", éste no olvidé porque más que trampa o falta de ética, es un milagro).
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Me acuerdo que por estudiar varias cosas a la vez, no tenía mucho tiempo para repasar y estaba un poco perdida en uno de los cursos al cual faltaba con frecuencia en la Universidad porque se me cruzaba el horario. Llegué a la clase y me di con la sorpresa de que teníamos examen. Me puse muy nerviosa y sudaba frío, tenía cara de estreñimiento y comencé tramar algo para evadir esa prueba. Todo esfuerzo fue en vano, a los argumentos que le di al profesor, me respondió con la amenaza de que si no daba el examen, estaba desaprobada de por vida.
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Las carpetas erab para dos personas juntas (no tan juntas como me hubiera gustado para la ocasión) y me tocó sentarme con una amiga que tenía fama de estudiosita, pero tenía muy mal carácter. El profesor nos dio cuatro preguntas que me dejaron con la mirada en el techo, pues como no había repasado estaba confundida sobre las teorías y los autores... quería que mi amiga del costado me sacara de dudas, pero en cuanto la miré, ella agachó la cabeza como tapando su prueba y no me quedó otra que volver la mirada al techo.
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El examen duraba una hora y ya había pasado media, cuando, para mi suerte, ocurrió un milagro: hubo un apagón y nos quedamos en una semioscuridad de ocaso. Un poco nervioso el profesor se acercó a la ventana como queriendo ver lo que ocurría y mis compañeros hicieron lo mismo, dejando cada uno su examen en su carpeta. Como yo no soy curiosa no fui con el resto hacia la ventana, sino, me quedé en la carpeta y como por inercia cogí la prueba de mi amiga y comencé a leerlo con voracidad. Lo leí de prisa y al dejarlo en su lugar volvió la luz, entonces yo comencé a hacer el examen... de hecho, saqué buena nota, hahaha.
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No me enorgullece hacer trampa, mucho menos cuando se trata de estudios, pero a veces, como ésta anécdota por ejemplo, no la olvido precisamente porque más que arrepentirme de aquello, me hace gracia porque pienso que el apagón fue un milagro.
Estoy esperando el milagro de este Octubre...