jueves, marzo 01, 2007

No hay derecho...

Digo yo... ¿dónde está la privacidad o la discreción?
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Llegué a Ayacucho el último día de carnavales, después de un mes en Antamina (Ancash); me di con la sorpresa de que habían llegado mis hermanos que viven fuera... estaba algo nostálgica, no sé si porque había estado fuera muchos días o porque estaba extrañando lo que había dejado allá... bueno, no sé exactamente qué, pero había algo que me dejaba una sensación de vacío en el estómago.

Quedamos en ir a cenar fuera con toda la familia... (numerosa familia), los sobrinos echando talco y espuma a la gente (costumbre carnavalesca), los hermanos cuidándolos, yo caminaba del brazo de mi mamá y mi papá al costado suyo.

Pasábamos por cierta calle huamanguina, abarrotada de gente por las fiestas de carnaval, por las comparsas, por la gente que va a ver el alegre festín, además de que todos los que viven por las calles por donde pasan las comparsas, se paran en sus puertas a mojar a todo el mundo. En medio de esa calle está un hotel más o menos simplón pero bastante tranquilo... en la puerta del hotel (hostal), estaba parado el recepcionista (el
limpiador, cuidador, el que hace turno, no lo sé...), mirando atentamente a todo el que pasaba por esa calle.

¿Díganme, hay derecho a que el desubicado muchacho, me salude tan cordialmente como si fuera una asidua concurrente a su hotel, delante de toda mi familia? ¬_¬

2 Comments:

At 7:18 p.m., Anonymous Anónimo said...

chispas... fácil y el pata qizo q fueras su cacera en el fututo... como te vio con tanta prole, ¿no?

 
At 1:56 p.m., Blogger LaMujer said...

Hahahaha, no lo sé Cari, ya nunca más volví a aquel hotelucho por el roche que me hizo...
Un abrazo :)

 

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