viernes, enero 23, 2009

Una pregunta...

La altura no permite que llegue oxígeno a mi cerebro... así que con las disculpas del caso, permítanme la pregunta...
---------------------------------------------
Ella…
¿Su nombre?... ni siquiera importa. 35 años, 2 hijos, sin estudios, sin idea de lo que es “responsabilidad”. Sus padres crian a sus hijos, dice que porque es joven y quiere vivir y encontrar “marido” y por ende felicidad.

¡Arg!... que mujer tan idiota. Jamás en mi vida (y más con la misoginia que padezco), había conocido a una mujer peor que ésta. Que conoció a un muchacho, “un chico chévere, dice. 22 años, con dos hijos, sin estudios, sin trabajo y obligado a vivir con la madre de sus hijos porque recién tiene 17 años y pueden denunciarlo a la policía”.

La conocí en el hotel donde me hospedo, mejor dicho, ella me conoció a mí, ya que uno de esos días, muy desesperada y llorando me habló mientras limpiaba mi habitación. Me contó su terrible historia. Me dejó, decía casi sin poder hablar por el llanto. Se fue con su mujer porque está embarazada nuevamente y yo no sabía, me mintió, me engañó y me dejó… yo que muchas veces le lavé la ropa, le daba dinero para que comiera sus gustitos, que le traía cosas, regalitos… ¿cuánto tiempo estuviste con él?, casi tres meses y siempre me trató bien, siempre me decía que me quería y que era bonita, que era la mujer de su vida… ¿y tus hijos?, están con mis papás, no los he llamado hace meses, no sé nada de ellos. Es que ya ni me importa porque… creo que estoy embarazada!

Y yo… cálmate, trataba de consolarla. Te has librado de un bueno para nada, de alguien que ya tiene muchas responsabilidades, alguien que no hubiera podido estar bien contigo, además de ser demasiado joven, etc, etc. Más bien, hazte un análisis para saber si estás embarazada cuanto antes…Y al siguiente día, la misma historia y al siguiente y al siguiente… llorosa siempre.

Ya que no tengo nada que hacer en horas de la noche, ya que no puedo dormir, ya que me da miedo salir sola y ya que no conozco a nadie más, me dediqué a escucharla… total, por más absurda que me parecía su patética historia, me hacía compañía.
Y hoy me ponía a pensar y me pregunto: ¿Es más terrible la soledad que una pésima compañía?