Catarsis...

CATARSIS: Purificación, liberación o eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso.

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Espero que las personas de quienes hablaré hoy, no se resientan y no me retiren su cariño (en el caso de que aún me tuvieran un poco).

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A la 1:00 a.m. del primer día del año 2008 (Año Nuevo), me disponía a divertirme saliendo de juerga. ¿A dónde?, no tenía ni la más mínima idea… sólo quería un poco de bulla y algo de alcohol. De hecho, tenía algunas invitaciones para ir a locales y/o casas de amigos, pero ninguna tenía especial relevancia, así que no importaba dónde. Muy casualmente encontré a uno de mis ex mejores amigos, el extrañado “Trafa”, a quien le sugerí que fuéramos por unas “chelas” y aceptó (Cosa rara últimamente), así que buscando lugares dónde poder beber, llegamos a un Karaoke que esa noche funcionaba como peña; el Trafa, mi hermana Jaquie y yo.

Bebimos hasta las 7:00 de la mañana, divirtiéndonos con el grupo que tocaba música de pollada, en medio de un ambiente tipo “Sodoma y Gomorra”, porque era de “todos contra todos” (divirtiéndonos Jaquie y yo, porque el Trafa estaba con su eterna cara de culo y ya no sé realmente cuándo gusta de algo o no… además de haber estado entretenido casi toda la noche con su celular que no funcionaba).

Ocurre que hoy cuando reaccioné a las 2:00 de la tarde, con el polo empapado por el sudor y con la cabeza que me pesaba más que mis arrepentimientos, comencé a pensar en todo lo que había ocurrido durante la noche e irónicamente me di cuenta de que en aquel lugar habían estado los mejores amigos que tuve en Ayacucho… una especie de despedida tal vez… una especie de “Catarsis”… una especie de ironía de la vida y algo genial para recordar y comentar…

Bebía un tanto dejándome llevar por aquella música folklórica que divertía el ambiente hasta volverlo casi vulgar… tenía ganas de divertirme, no quería darme cuenta de nada, sólo deseaba sentirme ligera y para ello nada mejor que chelas. Con un poco de aburrimiento y sin darnos cuenta, Trafa y yo conversábamos sobre nuestras vidas… hace tiempo le había perdido el rastro, ya no sabía nada de él, pero creo que tampoco quería saberlo porque aún no habíamos hecho “catarsis” él y yo. (Obviamente, él no dejaba su pinche celular y su eterna cara de culo). Y sin más pasaban las horas… ¿cuánto debía faltar para que amanezca?... no quería darme cuenta y entre cervezas, música, cigarrillos y risas, hice mi catarsis con cada uno de mis mejores amigos.

Toño: mi primer “mejor amigo” durante 4 años cuando llegué a Ayacucho, mientras estudiábamos en la Escuela de música. Tipo loco, simpático, despreocupado, con dos hijos y varias mujeres. ¿Carmencha, por qué nos alejamos?, éramos tan buenos amigos, me agradaba tanto parar en tu casa, pasábamos horas de horas tratando de hallar respuestas a nuestras inocentes y adolescentes cojudas preguntas.
Pues muy simple Toñix: mi amiguísima quería estar contigo, metieron la pata, se embarazó, te prohibió venir a mi casa por celos y simplemente te alejaste ante mi impotencia y pena de no poder hacer nada al ver que mi mejor amigo se me iba. Nos queríamos bien, nos cuidábamos y una que otra vez, entre largos abrazos y tiernos besos en las despedidas luego de horas y horas de conversa, confesábamos en silencio, en miradas y caricias que teníamos miedo a perdernos, pero así fue. ¿Carmencha, podemos conversar?, creo que aún tenemos algunas cosas que decir… ¡NO!, es que ya no me importaría decir cosas, ya no recuerdo el sentimiento, ya no recuerdo de qué hablábamos, ya no sabría qué decir… simplemente ya no me importa.

Marle: La “trasero con patas”, ¡qué increíble es el trasero de esa mujer!, mi mejor amiga en la etapa universitaria. Siempre tan amable y atenta conmigo y no con los demás. Cinco años compartimos horas de clases e intermedios de chismes… qué no sabías sobre mí y qué no me contabas… tu romance fallido de muuuchos años y tu repentino matrimonio con Miguel, que tenía dos grifos, dos empresas, casas, carros y a quien tú dijiste querer porque tenía “un no sé qué ($), que te gustaba”. Cómo sentiste mi tristeza cuando te contaba lo del Daddy… y así pasaron los años, terminamos la carrera (tú antes que yo porque siempre tomas mas en serio la vida) y nunca más nos llamamos, nunca nos volvimos a escribir, nunca nos buscamos… haha y en encuentros casuales, un rápido saludo y un cuídate mucho. Y en la noche de Año Nuevo, ¿estarías sensible? ¿O era el alcohol?... Carmencha, te extraño mucho, escríbeme por favor, llámame, hagamos planes para estudiar la maestría, quiero verte y conversar contigo, no sé por qué nunca nos vimos luego de terminar la Universidad… Marle, ¿no será porque nunca tuvimos nada más en común que horas de clases y chismes obligados en horas libres porque no había nada más que hacer?... hahaha siempre tú tan mierda Carmencha, pero igual te llamaré…

Javi: Cómo nos divertíamos en nuestro espacio (más tuyo que mío, porque eras un basketbolista bueno y yo era la barra, sólo porque jugabas en mi equipo favorito) y a fuerza de salidas en mancha (jugadores e hinchas) nos fuimos conociendo y respetando. Ya no pensaba que eras el típico jugador juerguero y hueco y tú ya no pensabas que era la hincha que quiere con algún jugador y que sólo por eso iba a los partidos de basket. Luego, incansablemente nos confesábamos cada huevada que pensábamos uno de otro y creo que con un poco más de raje, pero la pasábamos bien. Te descubrí muy sensible, querendón, sincero y muy solidario, cualidad que yo adoraba. Hasta que, luego de un año y medio… ¡Carmencha, quiero decirte algo!, hahaha ¡wow! que serio, ¿no me vas a decir que te enamoraste de mi o algo así, verdad?, hahaha. ¡Sí, pero sólo quería decírtelo, no me importa lo que pienses o quieras, sólo te lo dije porque ya no te buscaré más!... y te dejé de lado, por respeto, por cariño y que aún hasta ahora siento ganas de decirte que me partía de pena porque nunca más tuvimos la oportunidad de conversar o más bien, nunca la buscamos. Y en Año Nuevo, sólo me hiciste una señal de saludo, aunque más de una vez cruzamos miradas y aún ahora seguías huyendo de mí.

Trafa: Hay quienes señalan con convicción y risas irónicas, que la amistad entre dos personas de distinto sexo no existe, que siempre hay interés de uno de los involucrados (si no es de ambos). El otro tanto defiende la postura contraria, diciendo que sí se puede. El Trafa y yo siempre fuimos del segundo bando, creíamos que sí puede haber amistad entre varón y mujer, incluso teniendo sexo de vez en cuando, hahaha. Mi extrañado amigo, tan irónico y alpinchista. Somos vecinos y tuve que conocerlo por chat (de otro modo, jamás hubiéramos podido ser amigos, porque él está lleno de prejuicios, frustraciones y buen gusto… y yo soy de las taraditas que nunca se acerca a alguien para buscar amistad, por mi cobardía, temor y mis actitudes serranitas).

Me encantaba estar con él, disfrutaba y esperaba los fines de semana que inevitablemente eran para un par de chelas y hasta alguno que otro día, buscaba excusas absurdas para poder escucharlo. Siempre fue muy gracioso para mí, oírle cada ironía que lanzaba contra todo y contra todos. Él era alguien con quien se podía compartir casi todo: penas y alegrías, risas, complicidad, cariño, respeto, diálogo, amistad, lecturas y hasta sexo. Bohemios y Sabineros, sabíamos disfrutar horas de conversaciones, terminando muchas veces en un hotel.

Sé que nunca volveremos a ser amigos como lo fuimos antes, aunque siempre me gustará compartir unas chelas contigo, pero primero debo decir que te eliminé de mi MSN y de mi vida porque empezabas a ponerme nerviosa algunas veces. Esos arrebatos sexuales para que luego pongas cara de arrepentimiento y te excuses por lo que pasaba, como si fuera sólo culpa o decisión tuya… y si decía NO, huías de mí ¿y la amistad?. Tenías actitudes que me confundían y me apenaban muchas veces. Supongo que yo no era una angelita caída del cielo, hice y dije cosas que seguramente te jodieron igual, pero ya no era justo que… que… hahaha, (no, eso mejor me lo reservo, porque hasta me arrocho) y por eso decidí que ya no era bueno verte, nuestras conversas ya no eran graciosas, nuestras salidas siempre terminaban en sexo (que tratabas de excusar) y nuestras historias eran repetitivas e irritables. (Ahora sólo pienso que fue algo como un exceso de convivencia).

Carajo, ¿qué tan inmaduro y cojudo eras para no entender que era normal el sexo entre nosotros, porque así lo habíamos decidido, más por acercamiento y exigencia tuya inicialmente. Yo era tu amiga del alma y tú el mío, ¿por qué no contarme lo que te pasaba?, ¿pensaste que me enamoraba y querías dejar en claro que no debía suceder eso?, pero la verdad era que sentía un afecto grande, un acercamiento especial, tenía una sensación de protección hacia ti, por la confianza de ser amigos-amantes… era cuestión de tiempo y de cercanía, pero finalmente fue cuestión de confusión y sentimiento de culpa por tu inmadurez y complejo. Siempre el sexo entre amigos es un terreno movedizo y tu capacidad de aguante y claridad se tornaron nulas y me confundiste y me contagiaste… ¡bah!, ya lo decía el dicho: “acuéstate con niños y amanecerás mojado”

Ahora tengo mucho cuidado en pisar ese terreno, de tener “amigos-amantes”, aunque quien sabe… quizá en épocas de vacas flacas, hahaha. Tengo la sensación de que nunca hablarás de eso, pero la amistad pesa, así que, a ver si te dejas de huevadas y te animas a unas chelas conmigo… anda Trafa, mira que ya pasaron años y esto fue mi “catarsis” contigo. Ejm, ejm, más bien espero que no me quites el saludo, hahaha, ahhhhh “y que me devuelvas mi llave pacíficamente”.

Nota: Hasta aquí, los amigos con quienes aquella noche pude decir cosas que no dije en su momento y que necesitaba decirlas (todos ex, por supuesto).

Y finalmente mi gran amigo Ewin: "Me encanta pasar horas con él, hablamos siempre de todo, le tengo confianza absoluta y gran respeto. Somos amigos incluso antes de todos los anteriores, pero siempre nos damos tiempo. Es capaz de entender hasta mis más estúpidas actitudes, sabe de mis ascos, de mis traumas, de mis fracasos y de mis sueños (incluso de los eróticos); así también, sé de sus miedos, sé de sus salidas, de sus logros, de sus capacidades…

Mi mejor amigo, me ayuda cuando estoy derrotada y me derrota cuando estoy volando: Ha estado siempre en las malas y buenas, tan sincero, tan directo, tan hermano mío. He llegado a pensar que hemos descubierto el secreto de la amistad, porque jamás hemos pensado si quiera en que somos varón y mujer, sólo sabemos que esas cosas no podrían afectarnos. Nuestra amistad no pasa, ni siquiera se deteriora, pero sí nos damos tiempo, libertad, seguridad… cuando debo dedicar tiempo a algún amante de turno, o cuando él va a salir con alguna chica (le hago desanimar de cualquiera, creo que nunca me parecerá buena una chica para él), hahaha, cuando encontraba un “mejor amigo” o cuando él se cansaba de mí. Pero siempre estuvimos ahí y seguimos en pie de guerra…

Ewin es con el que cuento a cada momento, es al que descubro cerca cuando necesito a alguien (sobretodo con el que comparto chelas los fines de semana para partirnos de risa por cada cosa que se nos ocurre… trabajo, familia, sentimientos, deseos, iras, envidias… Desde que llegué a Ayacucho hasta que me vaya, es a quien contaré cada decepción y frustración que tenga estando lejos. Es el que me hace ver la vida de manera distinta, el que me baja de las nubes, el que no aguanta ni un berrinche, el que opina que debo peinarme, el que me dice que no me va la ropa que llevo puesta, el que se ríe de mis cursilerías y me aconseja cómo dejar de serlo, el que me ayuda a alejarme de las depresiones y enfrentar la realidad, el que me permite vivir en mi mundo y a quien permito y acepto vivir en su mundo.

Es lo que se llamaría un amigo del alma, un confidente, un hermano ^_^

Y en aquella fiesta de fin de año, me hiciste un “salud” de lejos por el Año Nuevo y te reías porque sabías lo que pasaba. Cómo te fastidiaba el Trafa, ya borracho, porque tocaron música de pollada y ninguna de Pink Floyd… pero como siempre tú, más alpinchista que todos, más tranquilo, más “comprensivo”, sereno, inteligente, sobrio… sólo te fuiste como siempre, nadie se dio cuenta, sólo te fuiste como siempre…