Ella...

Ella no ingresó.... todos lo comentaban en casa, con miradas acusadoras, con susurros, con gestos, con reproches, con silencios.

Ella, nació en un lugar que no debía, en un tiempo que no era el suyo, en un momento que más parecía apuro y por supuesto, nació bajo el manto de una religión que muy pronto le cortaría las alas cuando intentó volar.

Ella, va con las alas rotas y ha olvidado que las de su "especie" pueden volar. Su religión, al momento de impedirle volar, también le enseño sus limitaciones y le hizo creer que era libre... libre, ja!, le enseñó la libertad dentro de una jaula.

Ella no opina, ella no llora, ella no sufre, ella no canta, ella no sabe "vivir".... y vive la vida que le han impuesto, y ríe cuando se le ha impuesto reír, llora cuando se le ha impuesto llorar, sufre cuando le ha impuesto sufrir. Muy pronto le impondrán una familia, su propia familia y aún ella no se habrá enterado que sabe volar.

Ella no ingresó a la Universidad que escogieron para ella, con amigos que escogieron cuidadosamente para ella. Todos se quedaron sorprendidos: ¡Cómo!, ¿Ella no ingresó?, ¿Por qué?.

Ella no opinó, no se defendió, no se excusó. Se limitó al silencio y decidió no volver a postular. Todo se quedaron aún más asombrados y obviamente con la lluvia de preguntas que ella dejó sin respuestas.

Ella, con esa tristeza obsesiva en su mirada, por fin, por la sumisión que su religión le ha enseñado, decidió intentarlo nuevamente. ¡Oh!, ¡le volvió la cordura!, era el comentario general.

Ella, que nació donde no debía... volvió a postular y hoy por fin lloró, lloró y no se sabe aún si lo logra o no, pero con su eterna carita de tristeza dijo: No quiero hacerlo nuevamente mamá, porque temo lograrlo y aprender a volar....