miércoles, octubre 19, 2005

¿Fue amor?

Mi historia de amor al puro estilo de Alejandro Dumas....
------------------------------------------
Lo conocí una noche bohemia en mi taberna favorita, o más bien, él hizo que lo conociera, (sin él saberlo, claro está). Rápidamente esa casualidad nos hizo amigos. Sabineros ambos, empezamos a buscarnos en una etapa de inicio, cuando él no sabía sobre mi cobardía para amar y yo no sabía sobre sus ironías en el amor ... ironías que yo toleraba como simples genialidades.
Una noche de lluvia, con un par de cigarrillos en la mano, empezamos a desearnos. Esa clase de pasiones violentas que se revelan con el primer beso, sentir esos deseos al vernos, y con la negativa de aceptar lo aceptable ambos nos dimos cuenta de ello. Veneraba a Dios por permitir todo aquello, esas miradas, esos roces, esas caricias y cuando era inevitable encontrarnos solos, con el temor que sentíamos, él comenzaba a canturrear melodías ni siquiera inventadas, melodías absurdas, cortadas por suspiros... mientras tanto, mis enfermedades morales, trataban de alejar aquel deseo de mi mente... (no, no eran mis enfermedades morales, sino mi cobardía para amar. Estaba predestinada a enamorarme de él y creo que lo presentía y lo que verdaderamente me exasperaba, era saber que nunca volvería a estar tan cerca de mi libertad como en los días en que me sentía acorralada por él o por el nuevo sentimiento que experimentaba).

Nos queríamos en una dialéctica de ataque y defensa,... ¿orgullo?, ¿temor?, algún tipo de estremecimiento hizo que entráramos en esa relación de “ataque y defensa”. Me amaba lo sé, lo amé, también lo sé, (pero el que lo confesaba “perdía”)... ambos suponíamos que ninguno de los dos amaba y como todos, supusimos que podríamos controlar aquel sentimiento que en aquel momento era risible. Y por sus expertas seducciones comenzamos a tener una amistad íntima y apasionada, sin saber que nos esperaban futuros fatales.

Recuerdo que en el colegio leí alguna vez una frase bastante cursi: “Es triste caminar y no saber a dónde ir, pero es más triste amar y no poderlo decir”... ¡vaya!, jamás pude entenderlo tan bien como cuando estaba en presencia de él... tantas veces me había reído de aquella ridícula y cursi frase, y ahora se estampaba en cada una de mis neuronas... amanecía cada día con dos palabras queriendo escapar de mis labios: “te amo”... cuánta libertad me hubiera producido si hubiera podido gritar aquellas dos miserables palabras, que se estancaban en mi garganta y me veía yo como aquel gráfico de “El principito” cuando dibujaba una serpiente boa tragándose a un elefante.
Nunca pensé que el hecho de no poder decir esas dos palabras que aún ahora adormecen mi boca, pudieran haberme hecho sentir infeliz, menos libre tal vez, no lo sé.... Ahora que pienso en esos días sé que me hizo trampa, porque se aprovechaba de los efectos del alcohol para poder decirme una y cien veces que me amaba... ¿y por qué sentía tan amargo un “te amo” de la persona que amaba?, porque yo no podría decirlo con tanta libertad como cuando él se sentía amparado por el alcohol, (ninguno de los dos lo iba a confesar aunque estuviéramos muriéndonos, ya que si uno de los dos lo decía, el otro se iría triunfante... estúpidos efectos del amor recargado de orgullo). Vaaamos, un día no habíamos terminado de beber una sola, cuando lo dijo y ambos nos dimos cuenta de su error, hahaha... pero me sentía tan abrumada que no pude echarle en cara su derrota o tal vez quería darle chance.
Eran misterios enormisísimos para él, sentir aquellos pesares profundos por vernos ahogados en nuestros juegos pasionales y nuestras venganzas tercas, juegos ingobernables, deseados pero rechazados por nuestras enfermedades morales, rechazados pero no por ello menos deseados. ¿Juegos pasionales?, ¡ha!, fiero vencedor del amor.

Pensaba en él más tiempo del que merecía, pensaba que sólo eran febriles deseos que suelen ser consecuencia de cierta edad del corazón, pero en secreto sentía esas sublimes niñerías del amor. Especialmente cuando me decía que me amaba, sin remordimientos, sin mayores reparos que los míos... como cuando una madrugada, gritó en la esquina de mi casa “Te amooooo Carmencha” y durante 5 minutos lo amé como jamás se amó a hombre alguno.
Era de verdugos lo que nos hacíamos, nos torturábamos, nos odiábamos, era nuestra guerra; de él contra su amor y de la mía contra mi amor... y como todos los amores que empiezan ... su final se convierte casi siempre en un castigo.
Había pensado yo muchas veces que era mejor terminar todo aquello ya que cada día que pasaba nos íbamos haciendo más daño, pero aún así, no podíamos estar más de dos días alejados. Cada día sentía más fuerte la necesidad de gritar como él, en la esquina de su casa el más fuerte “te amo” que hubiera oído en toda su vida, pero mi temor era más fuerte que mi amor.

Llegó un día en qué ambos teníamos nuestras almas heridas, nuestro corazón llagado, nuestras mentes cansadas de tramar venganzas en contra de nuestros corazones, nuestros labios partidos por tantos besos y nuestros brazos cansados por largos abrazos, me sentía incapaz de diferenciar el odio del amor y en un intento de salvarme de todo eso, quería convencerme de que ello no era más que odio, así que con la mayor resignación, decisión y terquedad, me armé de valor para darle un punto final. Una inmensa carta es testigo de un “adiós” sin retorno.

Aún intentó hacerme cambiar de parecer, lo notaba vencido, abatido y exasperado en algunas cartas que recibí luego de la última que yo le mandé, pidiéndole por favor que entendiera y que no respondiera. Supongo que también lo pensó mejor y lo aceptó por el bien de ambos. Era simplemente que ya no podíamos estar juntos.
Entonces descubrí que al estar sin él todo era más sencillo y mejor, que ahora cada día que amanecía no sentía la angustia de pensar qué nuevas torturas me esperarían ese día o planear las mías contra él; que el sol salía cada mañana aún si no estaba él; que la soledad no es una enemiga si no mas bien una compañera que esta ahí, que va contigo cuando ríes, cuando lloras, cuando amas, cuando odias.
Al pasar por esa etapa de alejamiento, llegó el olvido pero no el olvido habitual, sino aquel olvido que trae consigo paz, tranquilidad… fue la tormenta más grande que dio el último alboroto al mar. Entonces me di cuenta de que en realidad había llegado el final y que tristemente había ganado aquella batalla ya que jamás pronuncié aquellas dos palabras que se quedaron aferradas en mis labios.... “TE AMO”.

6 Comments:

At 8:22 p.m., Anonymous Anónimo said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

 
At 12:33 p.m., Blogger SukhoMR said...

Por lo visto te agrada la nueva trova, a mi tambien.

 
At 11:04 p.m., Anonymous Anónimo said...

Y bueno que te puedo decir, hablas y hablas de cosas que tumisma te entiendes, cosas que a ti te pasaron, pero yo naaa que ver, cada uno consu lio; pero claro se respeta tus decisiones en tu blogg, y a fin yal cabo no veo el lio por el cual pasas, algunos o todos lo pasamos por eso, jejejejj, que conchudo soy no ?.....ok luego de haber leido esto me dieron ganas de ir por unas helenas, si que ahi hablamos

 
At 3:50 p.m., Anonymous Anónimo said...

Algo q siempre admire en ti es la forma casi nihilista con q describes las cosas.en este caso la negacion a unas palabras q pueden significar mucho o nada,dependiendo de quien las diga y en el momento en q las digas.se puede decir un TE AMO como broche de oro a un excelente orgasmo a tu amante o un te amo a tu hermano.como ya dije es dependiendendo de quien y en q tiempo lo digas.
deseo(y quiero)pensar q esto q lei es parte de una narrativa dentro de lo ficticio,un ejercicio robbe-grilletiano sin retoricas,o un divertimento en el q tambien expresas tus deseos y ansiedades como cualquier mujer.de ser asi me quito el sombrero(aunq ya no estamos en los 50s)ante una mujer con una prosa excelente y con un gran futuro dentro de la narrativa latinoamericana.por otra parte,temo al leer el CAMENCHA,y ciertas descripciones internas,q estoy leyendo algo q te ocurrio y q(tal vez)sea muy actual,cosa q me sumiria en un conflicto interno,es decir mis celos q puedo eyectar en cada fibra de mi ser de macho herido,y por otro lado,mi dolor de no haber alimentado el suficiente amor en ti por mi,cosa q en gran parte seria mi culpa,por desatenderte y no haber sido lo suficientemente fuerte para luchar por estos sentimientos q hice brotar en ti.mi amada carmen(si aun me permites poderlo decir)tal vez no estoy siempre alli para ti y tambien se q no hay mucho tiempo disponible en el q te pueda manifestar lo q siento por ti.pero una relacion es de dos.yo he dado mucho y aunq suene egoista,tal vez he dado mas q tu.¿cuantas veces en todo este tiempo me has llamado a mi celular?dos veces si la memoria no me traiciona,ultimamente hubo una amarga sequia en los q faltaba la humedad tibia de tus textos los cuales al verlos en mi verde pantalla,me daban la alegria q me daba la fuerza motriz para seguir adelante en mi vida.oir tu voz y leer algo de ti siempre era como estar en un mundo lleno de cliches y pajaritos q cantaban amor y paz.desde hace algun tiempo perdimos eso y la verdad ahora(hoy sabado)q llegue a tacna me di cuenta q toda la culpa es mia por no ser el sosten de cada pequeña caida tuya.amor,se q no creaste este espacio para leer cursilerias de este tipo,pero considero este blog como una parte de ti y toda tu ES LO Q MAS AMO AHORA.desearia q puedas leer esto y si gustas lo borras con el pensamiento y la sonrisa como rictus cruel q te caracteriza cuando quieres mandar al diablo algo,y crees q es pura morondanga como mis sentimientos hacia ti.
carmen,no me importa si lo q he leido fue algo actual,TE AMO,y si esta prosa raya en el delirio de la ridiculez patetica,es q no es el carlos q amas el q escribe esto,sino el carlos q solo siente celos estupidos y se siente nada sin q estes tu a mi lado.
te amo,TE AMO,y no quiero perderte,podras reirte de mi despues de leer esto y lo meresco,pero sin ti,mis caballos salvajes volveran a mis prados y no dejaran q nada cresca en ellos.
no sabes cuanto te necesito o al menos ansio un texto tuyo.y si deseas puedo gritar no solo en tu esquina a todo ayacucho o al mundo entero esas dos palabras q estan en tu garganta,atrapadas como el elefente en la boa q dibujo el principito...TE AMO.

 
At 6:50 p.m., Blogger LaMujer said...

A mi no me gusta oír un "te amo" como en el ejemplo que pusiste: al final de un excelente orgasmo... ese te amo me sonaría algo así como: "gracias por haberte movido bien", no lo sé, creo que hay momentos y es más, no es necesario premeditar para decirlo. A veces, simplmente se te escapa y suena más sincero.

 
At 12:06 p.m., Blogger Unknown said...

Visítenos, muy interesante, blog de muy buen contenido Calderas Junkers

 

Publicar un comentario

<< Home