lunes, octubre 03, 2005

Existencialismos...

Muchas mañanas al despertar, tuve miedo de algunas ideas que siempre rondaban en mi mente... me parecía algo morboso y enfermo preguntarse tantas cosas (no soy la primera ni la única... lo sé), pero tantas veces me limitaba a quedarme tiesa, sin poder levantarme si quiera de la cama, para poder darle sentido o solución a tantas preguntas, o simplemente a aplacarlas.

Supongo que comúnmente las llamamos "Crisis existenciales", aquellas que las piensas, que le das vueltas, que una y otra rondan en tu mente pero sabes que no podrás explicarlas y hasta cierto punto, ni entenderlas. Y vas enredándote más, pensando cómo aquello que parece tan mentira es verdadero, o aquella verdad a ciegas, no es más que una simple mentira... o aquellas cosas inexplicables al fin y al cabo son tan simples que no necesitan explicación. La maldición de lo inalcanzable, de lo incomprensible y de lo difícil, hahaha, pero llegas a un punto en que como por arte de magia, desaparecen tantas preguntas, o al menos crees haber respondido todas y las vuelves a pensar y no puedes evitar una sonrisa ante tan descabelladas preguntas y respuestas... y lo peor es que, en ciertas noches bohemias -como una amiga citaba a Mafalda- alguien escruta tu “yo” repentinamente y pretenden que respondas en el momento todo lo que no supiste responderte a ti misma en toda la vida... ¡¡Y encima pretenden que una quede como inteligente!!.

Se pueden decir tantas cosas sobre este punto, al fin y al cabo, cada crisis existencialista tiene “un sabor personal”, que muchas veces nos dejan heridas y cuyas llagas desean curar.
Ahora pienso, que no es malo llegar a todo esto... y hoy, leyendo un escrito que dejaré más abajo –con cierta ironía- me convenzo de que en realidad no es malo.

Ohhh y hablando de Mafalda, ya habrá oportunidad de llegar a Libertad... paciencia! ;).
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TOMAS EL ORTODOXO. . .
Tomas era un niñito muy prolijo, tanto que casi, casi no parecía un niñito. Nunca preguntaba demasiado, nunca pedía demasiado, nunca curioseaba demasiado. Estaba siempre limpio y se iba a dormir cuando los niñitos tenían que irse a dormir.
Todos sus juguetes estaban enteros, brillantes y en el estante correspondiente. Estaba tan preocupado por conservar todos sus juguetes, que nunca jugaba con ellos. Tomas era un niñito al que no le inquietaban el vuelo de los pájaros, ni el funcionamiento de su cuerpo.
Tomas era un joven muy disciplinado. Tanto que casi, casi no parecía un joven. Nunca preguntaba demasiado, nunca pedía demasiado, nunca curioseaba demasiado, nunca intervenía demasiado.
Estaba siempre prolijamente vestido y era educado con las chicas y respetuoso con los mayores. Estaba tan preocupado por repetir bien sus lecciones que nunca sabia de que estaba hablando. Tomas era un joven al que no le inquietaba el rotar de las estrellas, ni el bullicio de la sangre.
Tomas era un hombre muy ordenado. Tanto que casi, casi no parecía un hombre. Nunca preguntaba demasiado, nunca pedía demasiado, nunca curioseaba demasiado, nunca intervenía demasiado, nunca se comprometía demasiado. Estaba siempre del humor justo y trataba cortésmente a las mujeres, a los mayores, a los jefes y a los subordinados. Estaba tan preocupado por cumplir con todos sus deberes que nunca tuvo tiempo de saber que significaban. Tomas era un hombre al que no le inquietaban el destino de la humanidad, ni el significado de sus pesadillas.
Tomas era un marido muy metódico. Tanto que casi, casi no parecía un marido. Nunca preguntaba demasiado, nunca pedía demasiado, nunca curioseaba demasiado, nunca intervenía demasiado. Cuando era preciso se disponía a hablar brevemente, escuchar brevemente y proceder brevemente durante el abrazo. Estaba tan preocupado por observar todas las reglas del matrimonio que nunca se le ocurrió disfrutarlas.
Tomas era un marido al que no le inquietaban los fantasmas de la felicidad, ni los demonios de los celos.
Tomas era un padre muy riguroso. Tanto que casi, casi no parecía un padre. Nunca preguntaba bastante, nunca pedía bastante, nunca curioseaba bastante, nunca intervenía bastante, nunca se comprometía demasiado, nunca esperaba demasiado. Estaba siempre dispuesto a juzgar y a ordenar, sin olvidar los buenos modales. Estaba tan preocupado por ejecutar todas las obligaciones de la paternidad que nunca pudo conocer a sus hijos.
Tomas era un padre al que no le inquietaban las frustraciones de sus sueños, ni la posibilidad de una guerra.
Tomas murió una mañana de verano. Lo enterraron por la tarde... y por la noche comenzaron a olvidarlo.
El Señor lo observó en silencio, mientras escuchaba el minucioso relato de sus deberes cumplidos. Después suspiro el Señor, - Tomas jamás suspiraba – y dijo:
“Cada siete días, cuando orabas prolijamente tus oraciones, sin olvidar ninguna palabra, yo esperaba. Como esperaron tus padres y tus hijos, tus maestros y tu mujer, tus compañeros y tus ángeles. Esperaba que preguntaras algo, que pidieras algo, que exigieras algo, que sintieras algo demasiado poderoso para ser controlado.
Esperaba que te encontraras o te perdieras. Esperaba, como todos esperaron, que me necesitaras. Pero me has dado a mi, regularmente cada séptimo día, lo mismo que le has dado a la vida, una devoción vacía. Tu eres el único fracaso imperdonable para la creación: un hombre que no la cuestiona.
"Vete, Tomas- concluyó el Señor – también yo quiero olvidarte"

5 Comments:

At 9:03 p.m., Anonymous Anónimo said...

Hola, al leer casi mesuradamente reafirme también yo que lo Existencial que son nuestro vivir no se nos es ajeno, más bien es parte de nuestro vivir y creánlo nos ayudar a entender mucho mejor la vida.... Sino, sería aburridísima!!!!

 
At 9:09 p.m., Blogger LaMujer said...

Y dime, ¿crees que esas ideas, esas preguntas, esas "crisis", se darán toda la vida?... ahora tengo una duda... ¿a que llamamos crisis existencialistas?, supongo que cada uno tendrá las suyas... haha pensé que en algún momento terminaban, pensé que era sólo una etapa... ya no lo sé... hoy comienza otra pregunta más para mi lista de existencialismos... ;)
Abrazos.

 
At 9:18 p.m., Anonymous Anónimo said...

Ideas....hmmm no creo.... y con respecto a que es crisis exixtencial y si siempre estaran con uno lo dudo mucho...Lo único que está con nosotros hasta el fianl de nuestros días será nuestra sombra y toda crisis, asi como viene, se irá....besos

 
At 1:08 p.m., Anonymous Anónimo said...

cai por aqui por casualidad. Es curioso, ese relato de Tomas el ortodoxo es lo que estaba buscando sin saberlo. Gracias

viviana

 
At 1:21 p.m., Blogger LaMujer said...

Pa servirte, anónimo :)

 

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