Esperanza...

Aunque hayas tomado la desición de olvidar, a veces nuestro corazón, contradiciendo a nuestra mente, guarda pequeñas esperanzas de que las cosas sean diferentes...

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Antes de que te fueras me dijiste que volverías la semana siguiente (recién me doy cuenta de que lo decías sólo por salir del paso), pero cómo es el corazón de traicionero... en secreto guardaba pequeñas esperanzas de que llegaras, a pesar de que ya había decidido olvidarte a toda costa, aunque me cueste volver a mis viejos vicios, aunque me cuesten muchas noches sin dormir, aunque para eso tenga que irme de aquí.

Cada mañana de esa semana que se supone llegarías, mi corazón latía más fuerte cuando alguien tocaba la puerta, casi podía escucharlo latir, sentía cómo se inflaba mi pecho en cada latido esperando escuhar  tu voz... pero nunca llegaste...

Al fin y al cabo, eso es una cosa más que me hace fuerte para poder olvidarte más pronto.