miércoles, julio 13, 2005

Ayacucho (Parte I)

Una miradita realista
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Muchas veces he llamado a Ayacucho, “Perú chiquito”, porque tiene mucho de tantos lugares del Perú... no quiero liarme explicando eso.
Hasta hace poco era bastante “miope” cuando se trataba de “observar” a mi Ayacucho. Pero creo que un poco de realismo no hará daño para hablar de esta pequeña ciudad en la que vivo.
Perú como país, sabemos que es neocolonia de esos sucios yanquis capitalistas, que vivimos en un país donde sabemos que estamos en caos, en crisis, con muchas limitaciones, con libre distribución y modificación de normas y leyes al regalado gusto de los más fuertes en beneficio de ellos mismos.
Ayacucho, una ciudad pequeña, uno de los departamentos en extrema pobreza (a raíz de la violencia terrorista que sufrió desde los 80, “ojo, no digo empezó”. Fue como un corte transversal en el normal desarrollo de esta ciudad.
Ayacucho es una ciudad donde la gente se muere de hambre, pero no de “sed” (como decía un amigo). Ciudad donde abundan dictadores, arbitrarios, mezquinos, injustos, argolleros, ilegales… politiqueros que tratan de enriquecerse a toda costa a base de la gente pobre que cada día se hace más pobre, e inflarse los bolsillos, colándoselo como puedan, que sólo piensan en ellos y por supuesto, que siempre tendrán posibilidades de mejorar sus estilos de “robos legales”. (No creo que sea exclusivo de la gente de Ayacucho, hahaha)

Los abusos de estos burócratas estatales son mucho más amplísimas y prácticas en ciudades pequeñas como esta, porque se sienten dueños de la ciudad… eso explica el descomunal y creciente éxito de todo tipo de abusos, robos, injusticias, que hasta cierto punto se hace “normal” y que por ello exista gente que piense que con dinero lo puede todo.
Hoy día las cosas han llegado a un punto en el que luchar contra una burocracia salvaje como este gobierno, que no obstante se sostiene a partir de alienados seguidores, chupamedias, politiqueros que no dan mucho de sí para el pueblo, sino para lograr sus mezquinas ambiciones.
Es bastante complicado tratar de vivir sin actuar de la manera en que funciona este sistema... sin darte cuenta, también estás actuando como burócrata, mezquino, alienado, argollero porque si no te hundes, te hunden...